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Ingeniero en Industrias Alimentarias de la Universidad Nacional Agraria La Molina, pero que se dedica a un montón de cosas, como escribir en sus ratos libres. Gusta de política, economía, fútbol, música, entre otros. Hobby principal: investigación histórica, principalmente a la Guerra con Chile, y también investiga sobre el actual desarrollo de las empresas peruanas. Es coautor del libro "La Última Resistencia. La batalla en el Morro Solar de Chorrillos el 13 de enero de 1881".

lunes, 23 de enero de 2017

La Cripta de los Héroes es para quienes lucharon en la Guerra de 1879

Cripta de los Héroes de la Guerra de 1879. Foto: Commons Wikimedia

Le toca al Congreso corregir su error

El último domingo 22 leí en El Comercio que lo restos del mayor EP Luis Alberto García Rojas ingresarán a la Cripta de los Héroes en el Cementerio General Presbítero Maestro el próximo 29 de enero (1). No estoy de acuerdo con este acto porque se desnaturalizaría la creación de la Cripta.

La llamada Cripta de los Héroes es específicamente para los héroes de la Guerra con Chile. Fue creada por el Congreso de la República mediante la Ley N° 398 en diciembre de 1906 (1) cuyo único artículo dice lo siguiente:

“Vótase en el próximo presupuesto general de la república, la suma de ocho mil libras para erigir en el cementerio de esta capital una capilla fúnebre en que se depositarán los restos de los defensores de la Nación que sucumbieron en la última guerra exterior” (ver imagen).

Ley N° 398

Como se lee, la Cripta fue creada para quienes murieron en la “última guerra exterior”, que en ese entonces era la Guerra con Chile (1879-1884). Inclusive en su entrada, dice “La Nación a sus defensores en la Guerra de 1879”. No dice en el Conflicto del Cenepa o Guerra con España, por citar alguna guerra del siglo XIX, sino Guerra de 1879.

El historiador Jorge Basadre Grohmann, que era un niño cuando se creó la Cripta de los Héroes, escribió lo siguiente sobre el mausoleo, como para que no queden dudas que es para quienes lucharon en la Guerra con Chile o Guerra del Pacífico:

“Los restos de los héroes de la guerra del Pacífico habían sido depositados en el mausoleo de Ramón Castilla. En agosto de 1904 se autorizó el traslado de ellos a otras tumbas por los destrozos que un temblor reciente había ocasionado en el mausoleo. Una capilla fúnebre especial fue mandada erigir, por la ley N° 398… Las emocionantes ceremonias realizadas con motivo de su inauguración el 8 de setiembre de 1908 fueron similares, en cierto sentido, al homenaje tributado a Bolognesi años antes y vivificaron el recuerdo de una época que todavía era evocada con devoción y con el propósito de no volver a incurrir en los errores y en los pecados que habían costado el sacrificio de tantos hombres buenos” (3).

Al principio, solo iban a la Cripta quienes murieron en la Guerra. Luego se permitió el ingreso de los restos de quienes sobrevivieron a la guerra, como Andrés A. Cáceres, aunque algunos ingresos fueron polémicos, como el de Miguel Iglesias -bajo cuyo gobierno se firmó el Tratado de Paz de Ancón-, autorizado durante el último Gobierno de Alan García Pérez (4), porque muchos no lo consideran héroe y no ha sido declarado como tal.

¿CÓMO LLEGÓ EL HÉROE DEL CENEPA A LA CRIPTA DE LOS HÉROES DE LA GUERRA DE 1879?

Fue el Congreso el culpable, mediante Ley N° 28682 en el verano del 2006 (5). En ella, declaró Héroe Nacional a Luis Alberto García Rojas, ordenaron que se le erija un monumento en la capital y en Chiclayo y que sus restos ingresen a la Cripta de las Héroes (ver imagen).

Ley N° 28682

El Congreso se excedió, porque a quien le corresponde decidir quien es héroe es al Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas, creada hace 20 años por la Ley N° 26841 y cuyo reglamento específica que su presidente es el Ministro de Defensa (Decreto Supremo N° 049-DE/SG de 1999), no un congresista. Por lo tanto, estuvo mal el Congreso cuando hace 11 años le confirió el título de héroe a Luis Alberto García Rojas. En todo caso, si lo declaró héroe, tampoco le correspondía al Congreso el desatino de disponer que sus restos ingresen a la Cripta de los Héroes.

Desde su creación, el Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas no ha nombrado héroe a nadie. Es mas, no encuentro que personajes como Andrés Avelino Cáceres, Francisco Bolognesi y Miguel Grau hayan sido calificados de héroes por el Congreso de la República como este sí lo hizo, demagógicamente, con  Luis Alberto García Rojas.

En el caso de Francisco Bolognesi solo encontré que la Ley N° 25128 del año 1989 (cuyo proyecto inicial fue presentado en 1967) lo nombró Gran Mariscal del Perú y Miguel Grau fue nombrado Gran Almirante del Perú por la Ley N° 16730 de 1967. Le corresponde al Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas calificar de héroe a Luis Alberto García Rojas y no lo ha hecho.

LUIS ALBERTO GARCÍA ROJAS NO ES EL ÚNICO HÉROE FUERA DE LA CRIPTA

El caso de Luis Alberto García Rojas puede ser análogo a la del capitán GC Alipio Ponce Vasquez, declarado Héroe Nacional por Ley N° 24658 de 1987 (ver imagen). La misma ley promovida por el Ejecutivo, disponía que sus restos se trasladen a la Cripta de los Héroes de la Guerra de 1879, pero esto no se ha cumplido para reservar el mausoleo a quienes lucharon en la Guerra con Chile.

Ley N° 24658

Otro caso diferentes es el del máximo héroe de la Aviación Nacional. José Abelardo Quiñones fue calificado de Héroe Nacional por Ley N° 16126 de 1966, pero la ley no dispuso trasladar sus restos a la Cripta de los Héroes.

Actualmente, en la Cripta de los Héroes hay placas conmemorativas de José Quiñones y Alipio Ponce, quienes murieron en la Guerra con Ecuador de 1941, pero no son los únicos. La misma resolución que determinó el ingreso de los restos de Miguel Iglesias a la Cripta de los Héroes, también dispuso “una placa que guarde la memoria del teniente César Pinglo Pinglo y del Sargento 2° Bernardo Villalta Luna, héroes del Ejército del Perú, caídos en acción de armas en el combate de La Pedrera del 11 de julio de 1911”.

LA SOLUCIÓN

Le corresponde a este Congreso derogar la Ley N° 28682 y esperar a que el Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas decida calificar como Héroe Nacional al mayor Luis Alberto García Rojas. Por el momento, se puede colocar una placa conmemorativa de García en la Cripta de los Héroes, como existen las de los héroes que no murieron en la Guerra con Chile: Quiñones, Ponce, Pinglo y Villalta.

Por otra parte, el Consejo Nacional de Calificación de Acciones Heroicas y el Ministerio de Defensa deben considerar construir otro mausoleo para quienes murieron en otras guerras que tuvo el Perú. Recordemos que el Conflicto del Cenepa fue el último conflicto que tuvimos con Ecuador, pero antes tuvimos otros conflictos con ese país, el más importante sin duda, el de la Guerra de 1941. Hoy en día aún sobreviven algunos de los antiguos combatientes de 1941, recordados en la página de Facebook de Carlos Mendoza.

Además de conflictos con Chile y Ecuador, a lo largo de su historia, Perú tuvo varias guerras que suman miles de muertos, como con Colombia (1911 y 1933), España (1866), Bolivia (1835) y la Gran Colombia (1828-29). Por eso existe la necesidad de construir un nuevo mausoleo para quienes lucharon en guerras diferentes a la Guerra con Chile, como José Gálvez, José Boterín, Juan José Panizo, Manuel Clavero, etc., y para Luis Alberto García Rojas.

NOTA

(1) Paz Campuzano, Óscar. “El héroe del Cenepa a un paso de la gloria”, en El Comercio, domingo 22 de enero del 2017. La versión web puede verse aquí.

(2) Ley N° 398 Capilla fúnebre (ver aquí)

(3) Basadre Grohmann, Jorge. 2014. Historia de la República del Perú, T. XII, p. 104.

(4) Resolución Suprema N° 254-2011-DE/

(5) Normas Legales de El Peruano, sábado 11 de marzo del 2006 (ver aquí)


lunes, 16 de enero de 2017

Niños mendigos en Lima en 1881


Foto: Fidel Carrillo/Perú21

En el siglo XIX ya existía en Perú un grave problema de trabajo infantil forzoso, ausentismo escolar, mendicidad y delincuencia infantil; no es algo que proviene del siglo XX como muchos piensan. Diversas noticias en los diarios de la época dan cuenta de este problema.

En el verano de 1879, un niño de ocho fue acusado de ladrón.

“Estremece imaginar lo que será cuando sea hombre una criatura que á los ocho años de nacida ha tenido que purgar hazaña semejante, en la que no haya tal vez otra cosa que la punible indiferencia de madres que no merecen serlo”.(1)

Si existían problemas de delincuencia infantil, debemos suponer que también había el problema de trabajo infantil forzoso.

La crisis originada por la guerra con Chile (1879-1884) causó un aumento de mendigos. La pluma del literato Abelardo Gamarra, nos dejó la siguiente crónica en el verano de 1880:

“Mendigos- La policía ha recojido el sábado algunos mendigos, que siguiendo la antigua costumbre de limosneros en este dia, van de puerta en puerta implorando la caridad pública.
Han sido conducidos al hospicio.
Esta medida debe ser empleada todos los sábados”.(2) 

Ya con la capital ocupada por los chilenos (1881-1883), surgió el problema de ausentismo escolar:

“Niños.- Hoi también han sido llevados a las escuelas municipales, algunos niños por estar vagando por las calles de la poblacion entretenidos en juegos ajenos de su edad i de sus circunstancias.
Hai necesidad de tomar algunas otras precauciones con respecto a estos niños, pues sus padres o apoderados, los reclaman con tenacidad i los preceptores se ven en la dura necesidad de tener frecuentes molestias.
¿No sé podrá evitar este modo de correjir a los niños vagos?”.(3)

Revisando las noticias de esa época, encontré una crónica de enero de 1882 que se basa en la mendicidad, pero narra el caso de niños explotados por adultos para mendigar. Me pareció increíble que los niños contaran que su padre falleció en la batalla de Miraflores (la batalla en donde fallecieron más limeños) para pedir limosna y también que los niños sean explotados por mujeres que se hacen pasar por sus madres. Recuerdo que la primera vez que vi esto último en la prensa fue en un reportaje del programa televisivo de Hildebrandt allá por 1999, en donde las mujeres alquilaban niños para pedir limosna. También hace algunos años salió un reportaje similar en la prensa.(4)

La crónica fue publicada en un diario subsidiado por el Ejército chileno, pero parece cierta, en base a las noticias previas que ya se estaban dando en relación a este problema. El artículo a continuación:

Los mendigos en Lima.- Creemos  que en ninguna otra ciudad del mundo hai tantos mendigos como en Lima. El estudio que puede hacerse de ellas es algo curioso.

Los mendigos en las calles de Lima se dividen en varias categorías: los hai ciegos, mancos, cojos i esqueletizados, los cuales parecen llevar en la frente el sello de la desgracia, i estar autorizados para invadir los portales, las puertas de los templos i los lugares de paseo.

Los hai también de circunstancias, es decir, por el estado de crisis en que la industria se encuentra; i estos no piden a todo el mundo como los demás mendigos, sino que escojen a las personas que más fáciles les parece de engañar; i, sea dicho de paso, raras veces se equivocan.

Algunos de ellos se proporcionan una renta de ocho o diez soles diarios.

Hay también ciertas mujeres que, con el título de madres de familia infelices, arrastran con ellas a unos niños que en nada les pertenecen; el pilluelo sucio que cuenta que su padre murió en Miraflores i su madre se encuentra ya agonizante en el hospital de Santa Ana; el militar herido combatiendo por la patria i que, sin embargo no se batió en parte alguna; i la niña de 7 á 8 años, delgada, harapienta, sucia, demacrada, embrutecida, i a quien sus padres obligan a salir de limosnera, con el cargo de llevarles cierta cantidad por la noche.

Los flautistas de la quena que entrando de casa en casa, van pidiendo una limosna en cambio de una sonata.

Los linces estafadores que piden a domicilio. Estos proporcionándose una lista de todas las personas caritativas, con su dirección respectiva, anotan en un rejistro los nombres de los que ya han embaucado, con la fecha en que lo hicieron, para no volver a pedirles. Pero algunas veces mandan a un compañero de industria a la casa en que fueron socorridos, para repetir el golpe, cuyo producto dividen por mitad entre ambos socios.
Hai además, otra clase de limosneros religiosos, que salen con una imagen de Jesús o de la Virjen, i que van de casa en casa, por los barrios apartados, pidiendo para las misas en que solo ellos consumen el pan i la sangre de otros.

¿Podría la policía poner coto a estos abusos?” (5)

NOTA

(1) El Comercio. Lima, miércoles 5 de febrero de 1879. Interior, Callao.

(2) El Nacional. Lima, lunes 26 de enero de 1880. Crónica local.

(3) La Situación. Lima, setiembre 13 de 1881. Crónica.

(4) Ángel Arroyo. “Mafias alquilan a niños a S/.5 para que mendiguen en calles”, en Perú21. Domingo 26 de mayo del 2013. Se puede leer aquí.

(5) La Situación. Lima, enero 14 de 1881. Crónica.